Menudo rollo

Tres. Tres rollos. Esos son los que lleva este cacharro que me compré en el mercadillo del pueblo en el que trabajo. Tiene sólo una pega: las cuchillas, que como no andes con ojo, incluso te rebanas una mano; digo yo que con cuidadito no tendrá por qué, aunque las torpes es lo malo que tenemos.

Pues eso, que me gustó cómo quedó finalmente la cosa: cocina verde y gris, pues portarrollos verde y el berenjena que me encanta. El verde va con pintura de seda (es un tinte) que hace que se vean bien las vetas de la madera, aunque yo creo que en las fotos no se aprecia.
En los laterales, lo que me aconsejó mi profe Ana: unas vasijas con arbolitos y las ventanas con visillos. Quedó chula la cosa, al menos para mí que soy la que lo tiene que ver a diario.

Este es el frente:

Y estos los laterales:

 

 

Otro trasto práctico

 Sí, ya sé que ya subí fotos de otro bote donde guardaba los utensilios de madera, pero terminó siendo pequeñito y las cucharas se pedían permiso unas a otras para poderse mover las pobrecicas, así que una compañera me dió una lata grandecilla y me resulta mucho mejor para manejarme con ellas. La otra ha vuelto a ser para meter galletas, que era su oficio inicial.
















Os dejo algún detalle más cercano, más que nada del efecto del craquelado, aunque si hubiera tenido un poco más de paciencia, la pintura habría roto mejor. Aún así, demasiado bien rompió, jejeje. En medio de la lata, un detallito floral y tela de saco deshilachada

Los hilos y agujas colocados

Ya me harté de tener los hilos, las agujas, los botones y los imperdibles y otras cosas varias de costura en una cajita cuadrada de bombones en la que estaba todo apiñado y los hilos liaditos unos con otros, así que me compré una caja medio aparente de madera y decidí que ya estaba bien de tener las cosas hechitas unos zorros. Y este fue el resultado. No es una maravilla, pero por lo menos tengo todo medio organizado y a mano.