miércoles, 25 de julio de 2012

Érase una vez...


Bote de cristal de sacarina en polvo. Costosito de decorar, pero me emperré rebuscando por la red en hacerlo similar a uno que ví y que imprimí para ver todas las chominaditas que tenía. Lo hice un poco a mi manera con pasta de papel, que me entusiasma: setas, caracol, calabaza, florecillas, puertas, ventanas, tejas (esas son compradas), tubo de chimenea y cigüeña con nidito de rafia natural, piedritas de verdad en la base y como pie una peana de madera con patitas.  Me llevó cerca de dos meses hacerla, aunque claro, voy únicamente a clase los martes dos horas, así que reales fueron 16 horas del ala.
Una vez seco todo... a pintar. Y a vivir del cuento, del cuento de mi tarro.

Os dejo también unos detalles más cercanos de algunas de las partes de esta casita de cuento:



martes, 24 de julio de 2012

Bote del laurel


Un tarro de cristal sin uso ninguno. Lo pinté con pintura de cristal, abajo lleva una pasta de relieve posteriormente pintada en tono chocolate y con el dedo pizquitas de pintura dorada y en el cuello del tarro un adornito frutal y una cinta de rafia .

A la rica galleta....


¿Quién no ha tenido alguna vez un bote de galletas horripilante que no sacaba nunca del fondo del armario por feísimo?

Pues venga, se le saca y se le da otro toquecillo más chulo. Á mí me encantó cómo quedó éste que tenía unos dibujos que mejor no cuento por lo horrendos. Ahora está casi siempre lleno, cuando hago, de palmeritas de chocolate, que suelen durar ná y menos.

El bote, que es de cartón, está esponjeado con pinturas acrílicas, estarcido en la tapa y hechas con pasta de papel las dos galletas protagonistas luego pintaditas color galleta.

lunes, 23 de julio de 2012

Tulipanes que cubren el contador de la luz


Con lo feo que queda tener en casa tantos automáticos de la luz (contadores) decidí que tenía que taparlos y que quedara la cosa medio bien, así que encargué uno a la medida adecuado y me lié a pintarlo.

Las flores son servilletas de papel a las que luego pinté con acrílicos los rabos para que llegaran al marco. Queda aparente y ya no están ahí los automáticos tan feos. Abrimos el marco y hala, ya podemos quitar los plomos, jejeje

Botella con servilletas


Esta botella estaba por casa muerta de pena y decidí darle algo de alegría, así que la decoré con servilletas (decoupage) y unas líneas de plomo alrededor abajo y arriba. En el cuello no puede faltar la tira de rafia natural: es un vicio.

Cuidado al pegar las servilletas, pues son tan sumamente finas que como te pases con la cola se te pueden romper.

viernes, 20 de julio de 2012

Cubre-interruptores de luz (II)

Al final se me ocurrió hacerlo con planchas de corcho, que cortadas al tamaño adecuado dependiendo del interruptor y luego pintadas, no es que sean una maravilla, pero prácticas sí son, que era lo que buscaba. Y mucho más simples de trabajar que la madera. Os dejo algunas que empecé a hacer en casa con ilusión y que no acabé; quiero decir, me quedan muchos interruptores por rodear, pero compré una plancha de corcho que pa qué las prisas, así que cuando me dé el punto lo engancho y sigo.


Cubre-interruptores de luz (I)


Se me pasó por la cabeza que las llaves de la luz, siempre tan llenas de suciedad alrededor, podrían cubrirse con cualquier cosa que quedara más o menos mona a la par que limpia. Empecé por comprar un contrachapado, con el que decoré dos de los interruptores, pero que no es fácil porque hay que cortar tamaño exacto, y al ser bastante rígido es más complicado de trabajar.

jueves, 19 de julio de 2012

Cajas (III)


Otra cajita que compré adrede para meter en ella los tarritos de especias, pues no había dios que pudiera localizarlas en el sitio en el que antes las tenía. Debía pedir permiso a los de delante para poder coger alguno de los de detrás, jajaja.
Así que ésta, con un poco de altura, fue la elegida entre unas cuantas. Lleva pinturas acrílicas en base, tapa y frente y pintura de seda en los laterales, en los que la beta de la madera se veía mejor, un estarcido pequeño en la tapa en verde pistacho y unas flores que le pinté en laterales y tapa también.
En el cristal, y con un rotulador indeleble gordo, le puse el título con una plantilla de letras.
Práctica, la verdad

Cajas (II)


Una caja que me regalaron y de la que no me gustaba la decoración porque me parecía bastante sosona. Así que me puse manos a la obra y después de darle una buena capa blanca, le pinté con acrílicos rayas ayudándome de cinta de carrocero, le hice unos estarcidos en las esquinitas y forré con papel de seda la tapa, que una vez seca, pinté en color berenjena. Aquí guardo mis mejores tesoros: los collarines de plástico.

miércoles, 18 de julio de 2012

Cajas (I)

Una no es cajera ni mucho menos, pero no sé cuántas cajas tengo en casa decoradas. Es lo que tiene que en manualidades todo se recicla y nada se tira. La de la hipopótama bailona es de madera y lleva el dibujo hecho en calco y luego pintado todo. La otra es metálica, de las que en su día llevaba gasas de farmacia dentro, sí, de esas que todos tenemos.

Ninfa

Esta ninfa que volví a decorar hace pocos meses, era también de las "antiguas". Aquellos colores y los de ahora no pueden estar más lejos

Bandeja y botella de adorno


La bandeja que se ve detrás tiene, como el cuadro de escayola de mi anterior entrada, muchos, pero que muchos añitos. Ha sufrido poca renovación: en todo caso le volví a dar el tono verde como viejo que se ve. El fondo de flores secas es el mismo de antaño.

La botella es una pequeña de cristal, de las del aceite de oliva virgen chiquitillas, que decoré con pasta de papel y estarcidos en esponja con pintura de cristal y finalizándola con cintas de rafia verde en base y cuello. La decoración de esta última la hice en casa, en mis ratos de esparcimiento o mejor dicho, de aburrimiento, que también los hay.

Cuadro en escayola

Este cuadro fue uno de mis primeros trabajos y llevaba en casa muchos años ya. Las pinturas acrílicas que utilicé para decorarlo no eran las que veis aquí. Por lógica los tonos se habían ido apagando y decidí renovarlo con colores vivos y darle finalmente una pátina para resaltar los ladrillos.