sábado, 15 de diciembre de 2012

Una caja un tanto rara

Me la dió mi sobrina, pues voy pidiendo a diestro y siniestro a todo el que puedo, que no tiren cajas, botellas o cosas que tengan posibilidad de ser decoradas. Es muy bajita y en la parte baja de la tapa estaba puesta la palabra Senado cincelada en la caja. Y eso sí que no quería yo verlo ni por asomo. Así que, después de pintarla con acrílicos blanco y negro, de hacerle en los lados el estarcido ese que se asemeja a la piel de un leopardo y de ponerle en el centro papel de periódico y la silueta a modo de camafeo de una mujer, terminé colocando también encima de esa palabra y por ende justo en la parte paralela superior, otra tira de papel de periódico y ahora sí que ya no hay signos de su existencia.

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